El expresidente de Colombia, Álvaro Uribe Vélez fue acusado el viernes 24 de mayo por los delitos de soborno, fraude procesal y soborno en actuación penal por la Fiscalía colombiana, convirtiéndolo de manera formal en acusado en el caso de presunto soborno de testigos y fraude procesal.
Es la primera vez que la Fiscalía presenta cargos contra Uribe Vélez, quien ocupó la presidencia de Colombia entre los años 2002-2010. Dichos cargos fueron aceptados por la jueza 44 de conocimiento penal de Bogotá, Sandra Liliana Heredia, quien dictaminó que “a partir de este momento el expresidente adquiere la condición de acusado”.
Según la decisión de la jueza el proceso contra Uribe Vélez se inicia de manera formal y de ser encontrado culpable el líder del Centro Democrático puede tener una pena de entre 6 y 12 años de prisión.
La acusación ocurre luego de que la magistrada denegara la petición de nulidad del proceso contra el exmandatario al considerarla “absolutamente improcedente”, por lo que “se impone su rechazo de plano, decisión contra la cual no procede recurso alguno”.
Asimismo, la jueza aceptó como víctimas del caso al senador de izquierda Iván Cepeda y a los exfiscales generales Jorge Perdomo y Eduardo Montealegre, así como a Deyanira Gómez, exesposa del paramilitar Juan Guillermo Monsalve, involucrado en el caso.
Ambas decisiones fueron elogiadas por el abogado de Iván Cepeda, Reinaldo Villalba, quien aseguró que “son decisiones que reconocen no solamente la condición de las víctimas sino la necesidad que las víctimas tengan acceso a la justicia y ahí defiendan y reclamen sus derechos”.
La acusación
Gilberto Villarreal, el fiscal que lleva el caso, acusó a Uribe como “determinador del concurso homogéneo sucesivo de tres delitos de soborno en actuación penal” porque por “provecho suyo o de un tercero entregue o prometa una utilidad a persona que fue testigo de un hecho delictivo para que se abstenga a concurrir a declarar o para que falta a la verdad total o parcialmente”.
También lo acusa por “concurso homogéneo sucesivo de dos curules de fraude procesal”, es decir porque “por cualquier medio fraudulento induzca en error a un servidor público para obtener sentencia, resolución o acto administrativo contrario a la ley”.
Además lo imputa como “determinador del delito de soborno” porque entregó o prometió “dinero u otra utilidad a un testigo para que falte a la verdad o la calle total o parcialmente en su testimonio”.
Esta prolongada querella comenzó en 2012 cuando Uribe Vélez, entonces senador, demandó por presunta manipulación de testigos a Iván Cepeda, que en esa época preparaba una denuncia en el Congreso en su contra por supuestos vínculos con el paramilitarismo.
Inverso a lo esperado por Uribe Vélez, la Corte Suprema de Justicia no abrió investigación contra el congresista de izquierda, pero en cambio inició un proceso al expresidente por manipulación de testigos.
La imputación por soborno tiene que ver con el presunto pago de coimas a Carlos Enrique Vélez y Juan Guillermo Monsalve, actualmente presos en las cárceles de Palmira y La Picota en Bogotá, respectivamente.
Monsalve es un exparamilitar que ha asegurado que hubo toda una estrategia para aproximarse a él y convencerlo de declarar contra Cepeda. Pero a lo largo de dos años el expresidente ha insistido en que se trata de un caso contra él que tiene motivaciones políticas y carece de pruebas.
En agosto de 2020 Uribe Vélez renunció a su curul de senador para dejar de estar aforado y que su caso pasara a la Justicia ordinaria y entonces la Fiscalía decidió que no había pruebas para perseguirlo judicialmente.
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Motivado a esto solicitó en dos ocasiones la preclusión del caso, la cual fue negada tanto por los juzgados de primera instancia presentados como por el Tribunal Superior de Bogotá.
Sin embargo, el fiscal Villarreal asumió el caso el 16 de enero del presente año y el 9 de abril afirmó que a partir de las evidencias físicas y elementos probatorios se determinó que había motivos para acusar a Uribe Vélez, que fueron las conclusiones de los jueces al negar la preclusión.