El alcalde Jim Kenney, junto a funcionarios de la ciudad, aseguró que el agua de Filadelfia sigue siendo segura para beber y usar.
Kenney precisó que no se necesitará más asesoramiento, ya que los modelos demostraron que la amenaza potencial del reciente derrame del pasado 24 de marzo a lo largo del río Delaware en el municipio de Bristol, en el condado de Bucks, está pasando y que el agua es segura.
“Estoy agradecido de que ningún residente haya estado expuesto a productos químicos inseguros en el agua del grifo de la ciudad después del derrame”, expresó en una nota de prensa.
El alcalde manifestó que esto es el resultado de la rápida acción, precaución y preparación de los departamentos de la ciudad y sus socios, así como de su compromiso de garantizar el bienestar y la salud de todos los habitantes de Filadelfia.
Esta actualización está informada por los resultados del muestreo de agua realizado el martes 28 de marzo, y del modelado hidráulico que tiene en cuenta las lluvias recibidas recientemente en la cuenca del río Delaware, así como el flujo y la marea del río.

También al resultado de más de 100 muestras adicionales tomadas por PWD, los servicios públicos regionales de agua, los USA. Coastguard service y PA DEP, que encontraron niveles detectables de productos químicos asociados con el derrame.
Con estos datos que no muestran ninguna amenaza para la salud pública, la ciudad está poniendo fin al monitoreo en la Planta de Tratamiento de Agua Potable de Baxter.
Próximos pasos
Por precaución y en coordinación, se continuará mejorando el monitoreo del río Delaware y la planta de tratamiento de agua potable de Baxter para el material relacionado con los derrames.
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Además, se llevará a cabo sólidas evaluaciones posteriores a la acción y prestará atención directa a las prioridades de infraestructura y otras medidas a largo plazo que se necesitan para fortalecer la resiliencia del sistema de agua potable de Filadelfia.