En vísperas de Nochevieja el presidente saliente Trump prorrogó el veto a la inmigración a EE.UU. Extendió hasta el 31 de marzo dos decretos que suspenden la entrada en el país. Se trata de dos decretos que fueron emitidos bajo el influjo negativo de la pandemia. El primero frena a los solicitantes de residencia permanente y el otro a los trabajadores temporales.
En ambas situaciones las medidas de la agónica administración de Donald Trump han encontrado rechazo. Defensores de los Derechos Humanos en el país han hecho frente a la acción. Además numerosas empresas del país han advertido lo improductiva de la decisión.
Las medidas que renovó Trump caducaban este jueves. El neoyorquino las emitió en abril y en junio. Estaban amparadas en el argumento de que la destrucción de empleos provocada por la crisis de la COVID-19 ameritaba nuevas restricciones migratorias.
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“Los efectos de la COVID-19 en el mercado laboral de los Estados Unidos y en la salud de las comunidades estadounidenses son asuntos que siguen siendo preocupantes”, escribió Trump en una proclamación presidencial en la que ordenó prorrogar ambos vetos hasta el 31 de marzo.
El índice general de desempleo en EE.UU. es muy inferior ahora al 14 % que alcanzó cuando Trump emitió el primer veto, en abril, y en noviembre se situó en el 6,7.
Trump prorrogó el veto
El presidente saliente de acuerdo a analistas políticos está haciendo el mayor de sus esfuerzos para dejar escombros en el camino de la venidera administración. El presidente electo de EE.UU., Joe Biden, tendrá el poder de eliminar esos vetos. Esto sucedería tras su ascensión al poder el 20 de enero. Sin embargo hasta el momento no ha aclarado si lo hará.
El mandatario Donald Trump prorrogó el veto emitido en abril. Ese suspendía la emisión en el extranjero de permisos de residencia permanente. Las conocidas “green cards” o “tarjetas verdes” quedaron congeladas.
El principal impacto de ese veto ha sido el de impedir la reunificación familiar. Afecta a los ciudadanos estadounidenses de origen extranjero o residentes permanentes en el país.
Bajo el veto, tan solo los esposos extranjeros de ciudadanos estadounidenses o sus hijos menores de 21 años pueden acceder a un permiso de residencia permanente. Excluye a progenitores, hermanos o hijos de otra edad. Además a los cónyuges o hijos de residentes permanentes.
La industria está limitada
La segunda prohibición, emitida en junio, iba más allá. Congeló la emisión de nuevos visados de los tipos H-1B. Trump prorrogó el veto de las vías diseñadas para ciertos trabajadores cualificados. Incluye a empleados en la industria tecnológica; el H-4, que son para las parejas de estos empleados; así como visados L-1, que están destinados a directivos que trabajan para grandes corporaciones.
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La exclusión asimismo afecta a los permisos de empleo H-2B, para trabajadores de los sectores hoteleros y de construcción. También los J-1, que son para investigadores y profesores de investigación y otros programas de intercambio de trabajo, como las becas o las niñeras.
Numerosas empresas han denunciado que ese veto puede ralentizar la recuperación de la economía del país. Trump mantiene que es necesario para asegurar que los empleos existentes van a parar a estadounidenses.