En esta batalla electoral por la presidencia de los Estados Unidos, las colinas a tomar para una victoria parecieran estar en Pensilvania y Florida. Donald Trump y Joe Biden han echado mano al arcabuz de la retórica proselitista para capturar el voto que los lleve a la Casa Blanca.
La cadena de descalificaciones es larga y pesada, tan solo fácil de digerir por sus votos duros. Arrastrar a los indecisos a cualquier lado de la acera no pareciera ser una meta en ambos. Joe Biden, quien permanece como favorito en las encuestas, tiene en la mala racha de Trump su mejor guión.
Por su lado Donald Trump está dedicado en este tiempo de Halloween a asustar a los votantes con el comunismo. El presidente-candidato ha desenterrado la tesis del macartismo que busca impedir que “los marxistas lleguen al poder”.
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Los periodistas de AFP, Jim Watson y Chris Lefkow, se han dedicado a perseguir a ambos candidatos. Sus anotaciones describen como “un duelo” las acciones de los aspirantes. Las observaciones colocan a Pensilvania y Florida como las zonas que reciben los más arteros mensajes.
La batalla en Pensilvania y Florida
Desde luego que es supremamente normal que la “polarización” se active en épocas electorales. No obstante la nación tiene años sumida en una batalla de enemigos que a la fecha no ha logrado a lo interno una decisión bipartidista.
Según la crónica de la agencia francesa, Trump en Pensilvania dijo estar combatiendo “marxistas” y “lunáticos”. Joe Biden en Florida acusó al Presidente de tratar a los estadounidenses como “prescindibles” durante la pandemia de la COVID-19.
El republicano tiene una lista de temas poco edificantes y que no están dirigidos a un plan nacional. En su abanico está la salud mental de su adversario. Se suma a su tesis que el de Scranton es un “peón de los comunistas”. Aseguró que Biden está “asustado como un perro”. “Le está entregando el control a socialistas y marxistas y a los extremistas del ala izquierda.” (…) “No puede enfrentarse a los lunáticos que dirigen su partido”
A sólo 21 días de los comicios, el 3 de noviembre y estando más abajo en las encuestas, Trump demostró hasta donde podía llegar. Tuiteó una foto falsa de Biden en silla de ruedas, rodeado de ancianos en wheelchairs en una habitación.
“Biden para presidente”, dice la leyenda, pero con la “p” tachada para que se lea “residente”.
La burla a los ancianos enfermos contrasta con las dificultades aparentes -según algunas encuestas- del Presidente para retener la lealtad de los adultos mayores, un importante electorado.
Los movimientos de Biden
Biden en Florida ha sido más comedido en términos del tamaño de sus concentraciones. Su obediencia a las directrices de la pandemia trata de hacerlas cumplir.
Él está concentrado en recuperar los condados de Pensilvania que giraron en 2016 a favor de los conservadores. Además su contrincante le sirvió una estrategia para lograr apoyos en Florida. En el estado que “In God we trust” cortejó a los adultos mayores. Dijo en un centro comunitario de pensionados en Pembroke Pines, al norte de Miami, que Trump “nunca ha estado enfocado en ustedes”.
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“Su manejo de esta pandemia ha sido errática, igual que su presidencia”, dijo Biden quien desea ganar en Pensilvania y Florida.
Biden recordó que Trump dijo que el virus -que golpea duramente a los adultos mayores- “no infecta prácticamente a nadie”.
“Eres prescindible, eres olvidable, no eres virtualmente nadie. Así es como él ve esto”, dijo Biden, quien a diferencia de Trump llevaba mascarilla facial.