Con cierto tono político, de ninguna manera desbordada, algunos Mummers protestaron en el sur de Filadelfia en Año Nuevo. Lo hicieron en contra del alcalde Jim Kenney quien en julio prohibió el Desfile Anual de los Mummers en Filadelfia.
Los índices de casos y muertes de COVID-19 fueron argumento para la prohibición de mediados de años. Actualmente son mucho más altos en la ciudad en comparación con el verano. El alma del derecho a la protesta pacífica quedó intacta. Los Mummers que salieron lo hicieron. Sin embargo los líderes del desfile cooperaron con la ciudad e instaron a la gente a quedarse en casa.
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WHYY Philadelphia destacó a un equipo de tres reporteros para la cobertura del evento. Miles Bryan, Ximena Conde y Maria Pulcinella estuvieron sobre el terreno. Ellos indicaron que muchos asistentes fueron vistos sin máscaras. “No observaron las recomendaciones de distanciamiento físico. Varios oficiales de policía también estuvieron en la escena, actuando como escolta para Mummers”.
Mummers protestaron
“Lo que es bueno para el oca es bueno para el ganso”, dijo un manifestante que no se identificó. “Si otras personas pueden protestar pacíficamente, todo el mundo debería poder protestar pacíficamente”.
Él y otros han justificado la reunión masiva de Mummer como si fuera en la misma línea que las grandes y mayormente pacíficas protestas de Black Lives Matter que ocuparon las calles de la ciudad durante gran parte del verano.
Casi 3.000 habían dicho que se unirían a la “Protesta Pacífica de Año Nuevo contra el Alcalde Kenney” en Facebook. Otros 8.500 expresaron su interés. El evento fue diseñado para darle la cobertura constitucional de la Primera Enmienda, que protege el derecho a la libertad de expresión y de reunión. Fue así que los Mummers protestaron.
Disculpas a la primera línea
Kathy Patrone dijo que el desfile anual es una tradición para ella. No obstante entiende las preocupaciones sobre la propagación del virus. Dijo que se sentía lo suficientemente segura como para asistir al evento. Sólo ubicada en la parte de atrás de la multitud con su máscara puesta.
Patrone dijo que ella está mayormente apegada a las reglas de distanciamiento social. Considera que unirse a los Mummers es una indulgencia que vale la pena para su salud mental.
“No me importa salir y tomar un pequeño riesgo”, dijo Patrone. “Sé que es algo irrespetuoso para los trabajadores de la salud. Es una gran preocupación para mí… por eso trato de quedarme atrás”.
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Los Mummers protestaron. El desfile, que se remonta a 1901 y tiene sus raíces en la juglaría, tiene una larga historia de racismo, sexismo y discurso de odio. Su más reciente edición de 2020 no fue una excepción. Estuvieron miembros de la Brigada Froggy Carr vistiendo la cara de negro.
Este año, un asistente renunció a un gran letrero azul con letras blancas, exclamando: “LAS VIDAS DE LOS MUMMERS IMPORTAN”.