Cuando los niños son muy pequeños tiene reducida su capacidad de verbalizar lo que sienten. Todos sabemos que las rabietas son una parte normal de su desarrollo, pero lo cierto es que a veces puede resultarnos muy complicado manejarlas, especialmente cuando se acompañan de impulsividad e ira.
Con este recurso, los niños pueden aprender a relajarse y a controlar su rabia. Se trata de la técnica de la tortuga.
Fue creada por Marlene Schneider y Arthur Robin en los años 70. Ambos eran académicos en la Universidad de Nueva York y decidieron idear un método que ayudara a los niños a frenar su impulsividad, autocontrolarse y no dejar escapar su rabia.
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La técnica de la tortuga usa el ejemplo de ese animal, que se repliega en su caparazón cuando se siente asustada o amenazada. De este modo, y siguiendo el mismo comportamiento de la tortuga, se pretende enseñar al niño a replegarse en su caparazón imaginario cuando la situación le desborda o desata su ira, de manera que logre volver a un estado de calma.
Este método de autocontrol está especialmente dirigido a niños desde los tres a los ocho años, aunque según los expertos, puede ser válido para niños de cualquier edad, funcionando muy bien entre aquellos con un alto grado de impulsividad y TDAH.
Una vez entendido el concepto de esta técnica, se puede orientar al niño a buscar estrategias para solucionar el conflicto. Desde la calma y la relajación todo se ve de oro modo y es más sencillo ser respetuosos.