El gobierno de Florida anunció la inversión de una suma millonaria con el propósito de frenar la contaminación de la vieja planta de fertilizantes de Piney Point. La noticia se da a conocer mientras aumentan las demandas contra los propietarios de la compañía a objeto de evitar que los contribuyentes sean los que sufraguen la limpieza del embalse valorada en más de 200 millones de dólares.
El gobernador Ron DeSantis dijo que se destinarán 15,4 millones de dólares para inversión en “tecnologías innovadoras” para tratar el agua y reducir la presencia de nutrientes en el embalse ubicado en el condado Manatee, en la costa oeste del estado, s donde está la antigua mina de fosfatos.
Se trata de minimizar cualquier impacto ambiental adverso en caso de que en el futuro se requiera hacer otra vez descargas de estas aguas a la Bahía de Tampa.
DeSantis puntualizó que la intención de las autoridades es clausurar de forma permanente el embalse Piney Point. El mandatario no descartó solicitar que se aplique medidas legales contra la empresa HRK Holdings, propietarios de la represa, que se declaró en bancarrota.
La amenaza que constituye la referida empresa cerrada en 2001, comenzó hace algunas semanas y se presentó como una pequeña fuga de aguas contaminadas a las rutas fluviales. Pero de forma rápida se convirtió en una emergencia mayor que provocó la evacuación de cientos de residentes de la zona.
A pesar de que la eminencia de riesgo fue superada aun queda por evaluar el daño a los causes fluviales y la vida marina debido a la descarga de aguas contaminadas.
La senadora Janet Cruz instó a la fiscal general de Florida, Ashley Moody, a demandar a los empresarios de HRK Holdings por el desastre ambiental de las últimas semanas, y destacó que por esto los contribuyentes terminarían pagando unos 200 millones de dólares para detener una amenaza ambiental mayor.
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“Estoy cansada de que el estado se vea obligado a gastar dinero de nuestros impuestos para limpiar situaciones causadas por las corporaciones”, dijo la senadora demócrata en su Twitter.
Las últimas lluvias agregaron cuatro millones de galones de agua al embalse sur de Piney Point que ahora contiene 221 millones de galones de agua contaminada, informó el Departamento de Protección Ambiental de Florida (DEP).
Mientras, otros 215 millones de galones se descargaron a Port Manatee para reducir la presión sobre un terraplén que tiene la brecha. Este trabajo detuvo un riesgo inminente de catástrofe, pero con un impacto de contaminación alto.
La senadora Cruz subrayó que “el costo de este desagüe a la Bahía de Tampa será incalculable y tendrá ramificaciones condenatorias para nuestro medio ambiente y el ecoturismo”.
Los grandes niveles de nitrógeno tienden a conducir a la proliferación de algas, situación que amenaza los pastos marinos y por ende a las ya enfermas poblaciones de manatíes y provoca la muerte de muchos peces.
DeSantis solicitó al DEP que desarrolle una planificación para clausurar y rehabilitar el embalse de Piney Point. “Queremos que este sea el último capítulo de la historia de Piney Point”, comentó.