Hay gran expectación este viernes. Los migrantes que aguardan en la frontera norte de México esperan que EEUU abra sus puertas. Una gran cantidad de personas de diferentes nacionalidades aguardan por procesos para calificar como refugiados.
Las historias son muchas. Son narraciones de resistencia porque no ha sido fácil vivir en una de las fronteras más violentas de América. Los migrantes a refugio en los EEUU han tenido que sortear toda clase de dificultades. Han sido víctimas de abusos por parte de la mafia local. Les han quitado sus pertenencias, sin embargo no les han arrebatado su fe.
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Según una nota de prensa de la AFP, quienes buscan el amparo de EEUU están esperanzados, pero también temerosos. Saben que sus peticiones de asilo no serán procesos fáciles. Viven apegados a la esperanza de la nueva política del presidente Joe Biden. Sin embargo saben que no hay garantías.
Esperan que EEUU abra
Afecciones de salud, persecución política, maltrato intrafamiliar, desatendidos o infligido por sus países de origen los volvieron peregrinos. Son muchas más las razones por las que miles de migrantes esperan que EEUU abra sus puertas. Buscan refugio acosados por problemas que los gobernantes de sus países no pueden resolver.
Las narraciones a las que accedió la Agencia Francesa de Prensa dibuja la tenacidad de muchos de los solicitantes de asilo. La AFP ilustró el caso de un abogado cubano que emprendió una travesía de días para llegar a la ciudad de Matamoros, Tamaulipas. Allí está a la espera desde 2020 por una oportunidad de entrar a EEUU.
“Estamos viviendo una tragicomedia. Un momento triste, un momento alegre”, dice Fernández, Él es uno de los 500 migrantes de varias nacionalidades albergados en un campamento al que Washington dará prioridad.
Una madre con cuatro hijos
El Salvador pertenece a la zona que se denomina el Triángulo Norte. De esa nación partió una madre junto a sus cuatro hijos. Sistemáticamente abusada y maltratada físicamente, no recibió la asistencia de su Estado.
La centroamericana no quiso dar su nombre a los periodistas franceses. El miedo la persigue a donde vaya. Consiguió pisar suelo estadounidense. “Cruzamos de ‘mojados’ por debajo del puente, pero a los tres días nos regresaron”. A soportado todos los tormentos para librarse de uno peor, un marido violento, y un Estado cómplice.
Migración mexicana y ONG le ayudaron a encontrar un albergue en esta ciudad. En diciembre de 2019 tuvo audiencia en una corte estadounidense. Allí expuso las amenazas que según ella enfrenta en El Salvador. Desde entonces está en México.
Una enfermedad desesperante
Muchos esperan que EEUU abra, pero pocos como el hondureño José Madrid. Él es un carpintero de 40 años. Espera en un albergue de Ciudad Juárez poder regresar a Estados Unidos. “Busco salvaguardar mi salud, estoy enfermo del corazón”.
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La AFP escribió que “saboreó el ‘sueño americano’ en 2014, luego de ser contratado por una empresa”. “Llegué en avión, tenía visa de trabajo, pero fui explotado y renuncié. Estuve ilegal en varios trabajos, pero pasó lo de mi enfermedad”.
Tras ser operado del corazón en 2017 gracias al programa Medicaid, volvió a emplearse. Sin embargo, fue detenido y entregado a migración después de un accidente de tráfico. Lo deportaron el 3 de agosto de 2018.