Novak Djokovic demostró al mundo que es el mejor. Por si había alguna duda, el serbio se coronó por séptima vez en Australia y lo hizo ante Rafael Nadal, su más directo rival en el circuito, con un tanteo de 6-3, 6-2 y 6-3, en 2 horas y 4 minutos.
En el duelo entre los dos mejores del mundo, Djokovic demostró una versión absolutamente demoledora, dejando apenas dos puntos en sus primeros seis games de saque y enfrentando una sola pelota de quiebre en todo el partido.
34 winners (ocho aces) y cinco quiebres en ocho oportunidades encauzaron el tremendo triunfo del serbio en apenas dos horas de juego, muy diferentes de las épicas 5:53 que los mismos deportistas batallaron siete años atrás, también en la final de Australia, también con victoria de Djokovic.
Djokovic, entonces, llega a siete coronas de Australia para distanciarse de Roger Federer y Roy Emerson (ambos con seis) y firma su 15 título de Grand Slam, quedando a dos de Nadal y a cinco de Federer.
Nadal ha cerrado un gran discurso con unas emotivas palabras. “Voy a seguir luchando para ser cada día mejor. Es importante haber llegado aquí después de las lesiones y quiero agradecer a todo el mundo que ha hecho posible que esté aquí hoy. A veces ha sido difícil por las lesiones y otras veces por los rivales, como el de hoy, pero volveré a intentarlo el año que viene”.
Djokovic, también ha tenido unas palabras cariñosas para el balear: “Has enseñado a todo el mundo el espíritu de lucha y sacrificio para los jóvenes al volver aquí tras todas las lesiones”.
Un emocionado Nole también ha dicho que es “increíble poder ganar tras haber sido operado hace apenas un año y medio”.