Gustavo Rízquez/El Sol Latino.- “Gianni estaría contento”. Con estas tres palabras reaccionó la directora creativa de la casa de modas italiana, Donatella Versace, ante la compra realizada por Michael Kors del patrimonio industrial de su difunto hermano.
Horas después de anunciarse la venta de la prestigiosa casa milanesa al estadounidense Michael Kors por 2.120 millones de dólares, Donatella colocó argumentos gerenciales, propios de una capitana de empresas, que cree que el paso dado era necesario para que Versace siga creciendo.
Los medios especializados en el tema de la moda recogieron las palabras de Donatella, quien aseguró que: “Sé muy bien lo que me habría dicho (su hermano): ve hacia delante, rompe las barreras, pasa por encima de las convenciones… Por eso pienso que él estaría contento. Porque he hecho una cosa sin precedentes. La vida me ha enseñado que no hay que mirar atrás, solo andar hacia delante. Y andar hacia delante, actualmente, para una marca como Versace, quiere decir tener una plataforma global. Solo el nuevo grupo podía proporcionar esa plataforma”.
La antigua gerencia de Versace defendió su estrategia de venta ante las críticas endógenas o nacionalistas que circularon en la prensa italiana. La marca indicó que en los momentos de negociaciones no se presentó con oferta alguna ningún capital itálico con intenciones de hacer la adquisición.
Según datos sucesorales conocidos tras el asesinato dl Gianni Versace en 1997, la casa de moda con asiento en Milán pasó a ser de la familia: Donatella se quedó con 20%, su hija Allegra obtuvo 50 % y el tercero de los hermanos, Santo, 30 %.
Actualmente el fondo Blackstone, que facilitó la adquisición por parte de la firma estadounidense Michael Kors, poseía 20% de las acciones, patrimonio que logró en 2014 cuando Versace se encontraba en problemas económicos.
Donatella confesó a los medios que experimentó una “una emoción fortísima”, cuando la firma pasó a otras manos y que se echó a llorar cuando se lo anunció a los empleados.
Textualmente la heredera comentó: “Detesto decirlo porque yo no lloro casi nunca. Me conmovieron porque se arrancaron todos en un largo aplauso. Entendieron que no cambiará nada, incluso que seremos más fuertes”.
La familia Versace mantendrá una participación accionaria minoritaria.