Por el momento, las vacunas contra la COVID-19 son un recurso limitado, pero Tedros Adhanom Gebreyesus, director de la Organización Mundial de la Salud (OMS) pidió paciencia a todas las naciones.
Recordó la importancia de priorizar la vacunación de los más vulnerables como los trabajadores de salud y las personas mayores. Entretanto, en el aspecto epidemiológico de la pandemia, el mundo está en un punto de inflexión crítico: en dos semanas se han registrado más casos de COVID-19 que en los primeros seis meses de la pandemia.
Hace un año, Tedros advirtió que el mundo tenía una «ventana de oportunidad» para prevenir la transmisión generalizada de este nuevo virus.
«Algunos países atendieron ese llamado; algunos no», explicó, añadiendo que ahora las vacunas están brindando otra oportunidad para controlar la pandemia, que no debe ser malgastada.
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El experto recordó que la pandemia ha expuesto y explotado las desigualdades del mundo y advirtió que existe un peligro real de que las mismas herramientas que podrían ser el fin de la pandemia, las vacunas, exacerben esas desigualdades.
«El nacionalismo de las vacunas puede servir para objetivos políticos a corto plazo. Pero, en última instancia, es miope y contraproducente. No pondremos fin a la pandemia en ninguna parte hasta que la terminemos en todas partes», recalcó.
«¿Pueden las naciones unirse en un enfoque común? Cuando una aldea está en llamas, no tiene sentido que un pequeño grupo de personas acumule todos los extintores para defender sus propias casas. El fuego se apagará más rápido si todos tienen un extintor y trabajan juntos, al unísono», dijo.
Tedros recordó que se están desarrollando, aprobando y produciendo más vacunas. «Habrá suficiente para todos», exclamó, recordando que por ahora son un recurso limitado y por lo tanto deben utilizarse de la manera más eficaz y justa posible.